Desde septiembre de 2017, México y Francia iniciaron una cooperación a través del INAH y el ministerio de cultura de Francia, para iniciar un intercambio muy activo en la restauración de los monumentos históricos dañados por los sismos de ese año.
Así lo expresó el arquitecto Pierre Antoine Gatier, jefe de los monumentos históricos de Francia. “Estoy impresionado por el trabajo realizado en este primer año, donde se realizaron una serie de visitas en donde se constató la evolución de los trabajos realizados y que incluso algunos ya están concluidos”.
En la conferencia que se llevó a cabo en el Museo del Templo Mayor, dijo que lo ocurrido en México en septiembre del año pasado y después en abril en Francia, con el incendio de la Catedral de Notre Dame, dan cuenta de que entre ambos países existe solidaridad y apoyo.
“Desde la misma noche del siniestro en Francia se anunciaron los trabajos de salvaguarda y es muy comparable a las acciones del INAH en materia de seguridad; nos encontramos en este momento en una fase de estabilización en mi país”, indicó.
Por el momento el ministerio de cultura de Francia ha puesto un techo provisional para cubrir de la intemperie a la catedral y empezará una fase de consolidación y estabilización de las bóvedas, trabajos que calificó como muy delicados y peligrosos, en particular los relacionados a la estructura de madera que hay que volver a colocar.
“Es muy temprano para decir qué decisiones se van a tomar. Lo que hemos entendido con esta reacción de México y el mundo es justamente el apego por la catedral de Notre Dame”, explicó el arquitecto.
Sobre la catedral, Antoine Gatier señaló que es el resultado de una historia larga, que fue construida en el siglo XII y será objeto de trabajos permanentes hasta su gran restauración del siglo XIX.
Además, reconfirmó lo dicho en su momento por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, de que se llevarían alrededor de cuatro a cinco años para reconstruirla y el compromiso voluntario de los especialistas para llevar a cabo la restauración.
Es un periodo de incitación a ser muy activos: “Considero que es una situación muy similar a la que está viviendo el INAH, con toda esta presión social de querer ver restaurados los monumentos que fueron dañados por los sismos en México”.
Y añadió: “Es una voluntad nacional poder ofrecer a los franceses y al mundo una catedral restaurada; aunque el asunto del presupuesto que se llevará es difícil de responder, porque estamos en un momento de definición para saber qué obras se tienen que reconstruir y cuáles se tienen que remplazar. Cuando todo este diagnóstico se concluya, ahí se sabrá cuanto va a costar”.
Tal vez al final hay una lección filosófica que hay que sacar de todo esto, y es que estos monumentos son muy frágiles y efímeros, nadie hubiera imaginado que un incendio de esta categoría se hubiera producido en Notre Dame, concluyó.
Fuente: Notimex