Cada segundo 12 personas son víctimas de delitos cibernéticos. Hackeo de redes sociales, robo de identidad, extorsión, fraudes, cyberbullying y violación de candados digitales son los principales delitos digitales que se detectan en México y que, según expertos, han crecido durante la pandemia.
La realidad de los ciberdelitos en México es incierta, pues no existen estadísticas oficiales. Hay referencias de firmas como Kaspersky que hablan de hasta mil 400 ciberataques diarios en nuestro país. O datos de Microsoft que refieren que cada segundo 12 personas son víctimas de delitos cibernéticos.
Ante este escenario aparece la necesidad de profundizar en el conocimiento del derecho digital, una rama del derecho imprescindible para afrontar la sociedad de la información.
Tanto la legislación como la profesión de la abogacía están obligados a adaptarse a la resolución de conflictos y cuestiones jurídicas relacionados con las nuevas tecnologías.
Hay un fuerte debate entre expertos en la materia, pues consideran que la actual legislación es insuficiente en cuanto a identificación y definición de delitos digitales.
Ese ‘hoyo negro’ en materia de derecho digital también obliga a los abogados a actualizarse de cara a la ‘nueva normalidad’. El derecho digital es un concepto relativamente nuevo que tiene aún mucho campo de exploración en materia docente en México.
La pandemia resultó un caldo de cultivo propicio para el uso exponencial del internet y plataformas digitales, lo cual aceleró la migración de diversos negocios e industrias del mercado tradicional al mercado digital y, por ende, abrió el campo de operación para diversos delitos digitales” advierte Ubaldo Basilio Bravo, cofundador de Círculo Alba, plataforma digital de servicios jurídicos.
El derecho digital no es una cuestión exclusiva de las grandes firmas comerciales o enormes corporativos. Ahora se vive una era digital en la que todos somos susceptibles de cometer o ser víctimas de delitos digitales.
El presunto delito por reparación de dispositivos electrónicos en plazas comerciales es algo que nos afecta a todos. O los insultos y advertencias de violencia que mandamos vía WhatsApp pueden llegar a constituirse en una prueba con validez durante un juicio, finaliza Dexter Álvarez Velázquez, tambiéncofundador de Círculo Alba.
La Asociación para el Progreso de las Comunicaciones considera que los regímenes legales no dan cuenta de la rapidez con la que se mueven las nuevas tecnologías y sus consecuencias.