A todos nos toca construir un futuro sustentable y sin contaminación. Checa estas tendencias para 2019
El consumo desmedido de recursos naturales ha orillado a las sociedades a buscar alternativas de economía circular que engloben la ecología y el desarrollo económico, para tratar de frenar o resarcir, en la manera de lo posible, el daño causado.
Uno de los focos que requiere atención inmediata es la contaminación por aire, la cual se genera por las emisiones del sector industrial, la basura, los medios de transporte, la quema de llantas, entre otras fuentes naturales, como son los incendios forestales.
Existen varias maneras para disminuir estos contaminantes, desde campañas de concientización, regulaciones emitidas por organizaciones ambientales, hasta convicciones personales. En ocasiones los esfuerzos individuales causan impactos tan grandes que pueden convertirse en tendencia.
A continuación se enlistan otros ejemplos que siguen este concepto y que con firmeza están convirtiéndose en tendencia para este año:
“Circularity”
De acuerdo con la ONU, la industria textil es la segunda más contaminante en el mundo después de la petrolera. Esto se debe a que produce el 10% de las emisiones de carbono y 20% de las aguas residuales del planeta derivado de la fabricación de prendas, sin contar con el gasto de agua requerida para mantenerlas.
Otro factor que influye es la rápida manera en que se consume y se desecha, fenómeno conocido como “moda desechable” (fast fashion en inglés). Según un estudio realizado por Greenpeace, la producción de ropa se duplicó de 2000 a 2014 rebasando los 100,000 millones de prendas, mismas que terminan en la basura.
Por esta razón surge hace algunos años atrás la tendencia de “circularity” que se enfoca en ropa y accesorios de larga vida tanto por los materiales con los que se fabrican (materias orgánicas en sustitución de las sintéticas) como por su reuso.
Este movimiento ha impulsado que se produzcan piezas hechas de material reciclado como es el PET o tela, la apertura de tiendas de renta de vestidos y smokings para eventos especiales y la práctica de comprar prendas de segunda mano, mercado que a nivel global representa 4.3 millones de dólares al año.
Esta última ha empezado a tomar relevancia gracias a que representa un ahorro al bolsillo, ya que puedes encontrar ropa vintage de marcas de renombre y cada vez más celebridades lo hacen.
“Friganismo”
Si bien esta forma de alimentarse existe desde hace algunos años, ha evolucionado y viene con fuerza. Friganismo proviene de la palabra anglosajona freegan que hace alusión a algo libre o gratuito (del inglés free) y vegano.
Se refiere al movimiento que lucha por el menor consumo de recursos a través de obtener alimentos que algunos restaurantes, supermercados, empresas, universidades, dejan de vender por cuestiones de merma o que no cuentan con la calidad requerida para el consumidor.
Este movimiento dio pie a la apertura de restaurantes en países como Francia e Inglaterra, cuyo menú está compuesto por bienes alimenticios recuperados de esta merma antes de que sean tirados a la basura o se echen a perder. En México por ejemplo, se tiran alrededor de 20 millones de toneladas de comida al año según cifras de Semarnat y el Banco Mundial.
Entre las acciones realizadas para contrarrestar esta situación está la cocina del aprovechamiento implementada por varios chefs, que consiste en crear platillos de alta cocina con aquello que muchos no usan e inclusive desechan como verduras maltratadas, rabos de vegetales o sobras.
Ecomovilidad
Uno de los principales factores que propician el daño ambiental es la emisión de gases de efecto invernadero como es el CO2, principalmente provenientes de los vehículos de transporte.
No es ningún secreto que apenas en el mes de abril, la CDMX se sometió a dos contingencias ambientales por medio del programa Hoy No Circula. Es por esto, al igual que con el fin de disminuir el tráfico en la ciudad, que la ecomovilidad ha tomado relevancia.
Actualmente se han realizado en promedio más de 57 millones de viajes a través de las Ecobicis; además de esta opción en la CDMX, existe la posibilidad de rentar bicicletas eléctricas y recientemente scooters.
Asimismo, se ha incrementado el uso de estos medios de transporte, ya sea en renta o de manera particular, gracias a que existe mayor apertura para transportarlos cuando las distancias son muy extremas (el metro permite ingresarlos en ciertas estaciones, días y horarios) al igual que algunos restaurantes y cafeterías incentivan su uso al brindar lugares especiales para “estacionarlos”.
Fuente: Veolia