¿Pensando en eliminar el home office? Qué hacer y que no hacer para lograrlo

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Es bien sabido que home office ha impactado de tal manera al sector laboral que hoy es parte indiscutible de las modalidades de trabajo que llegaron para quedarse, pero ¿cómo eliminar el home office de tu rutina laboral? Aún con una gran aceptación, a últimas fechas, las organizaciones comienzan a cuestionarse qué tan eficiente puede ser mantener el teletrabajo.

Para muestra, mencionaremos los casos de Google, Apple y Twitter, 3 compañías catalogadas entre las más innovadoras del planeta, que han dado de qué hablar precisamente por restringir el home office de sus colaboradores y regresarlos a las oficinas, argumentando que la interacción física es esencial para la colaboración, la creatividad y la cultura. Dicha decisión ha sido recibida con reacciones encontradas. Algunos la han acogido bien, pero otros, han expresado su preocupación por el impacto, sobre todo, del equilibrio vida personal-trabajo.

Pros y contras del trabajo a distancia

●          Acudir a un espacio físico determinado podría ayudar a fomentar la colaboración y la comunicación entre los empleados para mejorar la toma de decisiones y la resolución de problemas; contribuye a crear una cultura empresarial más sólida, pero también puede generar aumento de tiempo, costos y estrés, sobre todo con el desplazamiento de los empleados, especialmente para aquellos que viven lejos o en zonas muy transitadas.

●          Continuar con el home office facilita la conciliación de la vida laboral y personal, lo que puede aumentar la satisfacción y la retención de talento, genera ahorros a las empresas en espacio de oficina y otros gastos generales, pero también puede provocar sentimientos de aislamiento y soledad, y para algunas empresas resulta difícil hacer un seguimiento de la productividad y dificulta la comunicación.

Al analizar lo anterior, la decisión de cambiar los esquemas laborales, resulta complejo, ya que lo que puede funcionar para una empresa puede no hacerlo para otra. Sin embargo, Sesame HR, desarrollador de tecnología e innovación para la gestión de recursos humanos, ha dado a conocer algunas recomendaciones para que cualquiera que sea la decisión, esta sea la mejor.

Lo que SÍ se puede hacer:

  • Evaluar. Es importante conocer las necesidades de los colaboradores.  Recordemos que no todos los empleados y sus circunstancias son iguales, por lo que es importante saber su opinión mediante encuestas o directamente.
  • Comunicar. Una vez que conozcas las necesidades y se evalúen, es importante que la decisión se comuniquen de forma clara y abierta, explicando por qué se están dando estos cambios y, a partir de ahí, escuchar las preocupaciones.
  • Apoyar. Debemos asegurarnos de proporcionar el apoyo que los empleados requieren para tener éxito en cualquier modalidad, tanto físicos (oficinas y mobiliario adecuados, comedor, estacionamiento, etc) como tecnológicos (internet, recursos de comunicación y softwares de gestión de tiempos, tareas y productividad, etc) y que funcionen de manera eficaz, tanto en la oficina, como de manera remota o híbrida.
  • Fomentar. Buscar formas de integrar a los empleados (remotos o no) es vital. Con los procesos adecuados, los trabajadores pueden colaborar con la misma eficacia en oficina o en casa. Esto es parte de reforzar la cultura del trabajo en equipo, la empatía y la colaboración. Para tal cometido, resultan con ventaja aquellas empresas que han implementado herramientas de productividad basadas en la nube, de videoconferencias, mensajería instantánea y herramientas de gestión de proyectos.
  • Medir. Adoptar procesos adecuados para medir productividad, asegura que esta no disminuya en ninguna modalidad. Realizarlo a través de tecnología y análisis de datos ayudará a determinar si volver a oficina, quedarnos en casa o tener un esquema híbrido, es la decisión correcta.

Lo que NO se debe hacer:

  • Obligar. Si los empleados están contentos en home office, no debemos forzarlos a volver a la oficina. Esto puede provocar resentimiento y una disminución de productividad.
  • Suponer. El hecho de que alguien realice sus actividades desde casa, no significa que no lo haga al 100%. Los colaboradores remotos pueden ser tan, o más productivos, que aquellos que laboran en la oficina.
  • Descuidar. Debemos asegurarnos de que en cualquier modalidad se cuida la salud mental y física de los trabajadores. Esto puede incluir desarrollar programas de bienestar, salud, trabajo flexible y ayuda psicológica.
  • Ignorar. Es importante mantener una comunicación regular con los trabajadores en cualquier modalidad, tanto para estar al día de sus progresos como para garantizar que se sientan vinculados al equipo. Las herramientas tecnológicas y softwares de gestión pueden ser una gran ayuda a la hora de fusionar el home office y el trabajo desde la oficina.

Como ya vimos, eliminar el home office tiene pros y contras, y es importante sopesar todos los factores. Si regresar a la oficina es la decisión,  será importante hacerlo de una manera justa, consciente y estar preparado de manera inteligente, de tal forma que se minimice el riesgo de cualquier cambio negativo por parte de nuestros colaboradores, o posibles interrupciones de la operación de la empresa.

Hoy vemos que grandes corporativos han tomado la decisión de regresar a sus empleados a la oficina, pero aún está por verse cómo se desarrollará la interacción, pues el mercado continúa cambiando y nuevas generaciones, cada vez más digitales y nómadas, comienzan a sumarse a las filas laborales, por lo que será de gran interés ver cómo se desarrollarán la nuevas políticas de trabajo a nivel global.

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