Como profesionista considero sumamente importante estar constantemente actualizando tus conocimientos y una maestría, aparte de cubrir ese punto de forma amplia, te obliga a regresar a la universidad, pero esta vez no solamente a adquirir nuevos aprendizajes, sino también a compartir tu experiencia profesional y esta vez, no sólo aprender de tus maestros, sino ahora también de tus compañeros. La experiencia de cada individuo enriquece el conocimiento y deja un legado a través de los trabajos de investigación del posgrado. Es en las universidades donde surge el conocimiento.
La elección de la universidad fue gracias a los programas que tiene la UNID. En el caso de la maestría en Educación fue gracias a la inclusión de nuevas tecnologías, la flexibilidad de llevar mis estudios los sábados por las tardes, sin presiones de trabajo o del hogar, así como la flexibilidad de las materias en línea, que también fueron una novedad para mí en ese momento. En el caso de la maestría en Administración fue la estructura de la maestría, me interesaron las asignaturas que se cursan en la maestría, adicionalmente el horario de la misma es sumamente atractivo. También he de agregar que el hecho de que en algunas asignaturas se manejan los proyectos integradores, ayudan muchísimo a aplicar de forma inmediata los conocimientos adquiridos y hacerlos una realidad.
En el caso de la maestría en educación cambió radicalmente la forma de llevar mis clases. De mi maestría en Educación aplico la mayor parte de los conocimientos. Llevo mi clase a través de herramientas tecnológicas y mi asignatura la desarrollo con base a teorías del aprendizaje, previo análisis a los estilos de aprendizaje de mis alumnos para lo cual puedo echar mano de diversas pruebas disponibles en la red. Puedo decir que las maestrías de la UNID logran desarrollar las competencias, al menos ese fue mi caso y es por ello que decidí cursar una segunda maestría en vez de un doctorado.
En proceso de obtención de grado fue transparente, los pagos sumamente cómodos y eso también fue un factor importante en el momento de elegir universidad. Todo el proceso de obtención del grado y cédula fue rápido, sin problemas y pues felizmente puedo decir que en la UNID nos cumplen lo prometido. Tengo conocidos que cursaron maestrías en otros lados a la par mía y aún no cuentan con su cédula, a diferencia de mi generación de compañeros, que prácticamente la mayoría la tienen ya. Seriedad, profesionalismo y calidad serían las palabras con las que describiría a la UNID sede Tapachula.
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