El dolor de cuello y espalda se genera por distintas causas que van desde las malas posturas o movimientos y el sedentarismo hasta la artritis. El estrés aumenta el riesgo de sufrirlo.
La columna vertebral es nuestro sostén en la vida, de forma literal y simbólica. Debe ser lo suficientemente firme para proteger la médula espinal que contiene en su interior, pero también elástica para permitir los movimientos de flexión y rotación, además de estar equipada con un buen sistema para amortiguar los golpes.
Está dividida en varias secciones. Las vértebras cervicales forman el cuello. Las vértebras torácicas comprenden la porción del tórax y tienen costillas adheridas a ellas. Las vértebras lumbares son las que están por debajo del último hueso torácico y en la parte superior del sacro. Las vértebras sacras están rodeadas por los huesos de la pelvis, y el coxis representa las vértebras terminales (o rastros de la cola vestigial).
Edad. Con el tiempo, las estructuras que componen la columna vertebral se desgastan naturalmente. Si se lleva un estilo de vida poco saludable, l dolor puede comenzar entre los 30 y 40 años de edad.
Condición física deficiente. El dolor de espalda es más común en aquellas personas que no realizan ejercicio con regularidad ( o sea, que son sedentarias).
Aumentar de peso. El sobrepeso puede hacer que la espalda se esfuerce demasiado y causar dolor.
Malas posturas. Con el tiempo, incrementan el riesgo de desarrollar dolor de espalda.
Factores hereditarios. Algunas causas del dolor de espalda (como la espondilitis anquilosante, un tipo de artritis que afecta la columna) pueden tener un componente genético.
Artritis. Algunas variantes de esta enfermedad podrían causar dolor de espalda.
Hacer ciertos tipos de labor física. Cualquier tarea diaria que requiera agacharse repetidamente o levantar objetos puede producir lesiones en la espalda. Lo mismo ocurre con los objetos que requieren oasar largas horas de pie, sin pausa, o sentado sin apoyar la espalda.
Fumar. El hábito de fumar hace que el cuerpo no pueda llevar suficientes nutrientes a los discos de la espalda.
Existen diversas causas, pero las más frecuentes son:
Debilidad en los músculos. A menudo, los músculos del cuello, hombros y espalda se encuentran debilitados por falta de ejercicio, lo que favorece que resulten más afectados por las malas posturas o el estrés. El sedentarismo y la laxitud de los músculos abdominales también suelen ser responsables de las dolencias lumbares.
Malas posturas. Cuando pasamos muchas horas en una misma postura (por ejemplo, frente a la computadora), los músculos se vielven más rígidos. Por tanto, es importante hacer estiramientos y cambiar de postura con frecuencia.
Factores químicos. La ingesta excesiva de carne y de estimulantes como café y alcohol trae un aumento paulatino de nuestra carga de estrés y modifica nuestro pH. También se sabe que una reacción nerviosa es una respuesta química que afecta nuestro cuerpo.
Factores emocionales. En muchas ocasiones los dolores cervicales son la expresión de preocupaciones, ansiedad o estrés. Por ejemplo, si estamos contentos probablemente nuestra mirada sea hacia delante, esperanzada; en contraste, los problemas “pesan” y son cargas que determinan que bajemos la mirada y tensionemos nuestros hombros. Nuestros músculo cervicales suelen expresar el estado del alma.
A nivel metafísico, la espalda representa temas de apoyo; los problemas en esta zona indican un exceso de responsabilidad que no queremos aceptar o que sentimos que no recibimos el apoyo que merecemos. El lenguaje de nuestra columna revela lo que percibimos y que generalmente escondemos o reprimimos.
Zona por zona, las emociones que provocan dolor son:
Dolor en cuello. Responsabilidad asumida en exceso.
Dolor en espalda alta (parte superior de la espalda). Responsabilidad asumida por culpa.
Dolor en espalda media superior (debajo de los homóplatos). Responsabilidad asumida por enojo, rabia e ira.
Dolor en espalda media inferior (últimas costillas, arriba de la zona lumbar). Responsabilidad asumida por miedo.
Dolor en zona lumbar. Miedo e inseguridad.
Dolor en zona de vértebras sacras. No saisfacción de necesidades básicas.
En algún momento de sus vidas, siete de cada diez personas sufren dolor de cuello o espalda, por lo que es muy importante evitar que se vuelve crónico y afecte nuestra calidad de vida.
Fuente: Revista Buena Salud
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