El caso de Abby y Brittany Hensel, siamesas bicefálicas de 35 años, es uno de los más fascinantes en la historia de la medicina y la inclusión social. Nacidas en Minnesota (EE.UU.), estas gemelas comparten un mismo cuerpo desde el cuello hacia abajo, pero tienen cabezas, personalidades y habilidades cognitivas independientes. A pesar de los pronósticos médicos, lograron una vida plena: aprendieron a caminar, conducir e incluso se graduaron en pedagogía.
Sin embargo, su éxito académico contrasta con una realidad laboral polémica: aunque trabajan como maestras en funciones distintas, reciben un solo salario. ¿Por qué el sistema las reconoce como dos personas al estudiar, pero como una sola al pagarles? Analizamos su historia y el debate ético detrás.
Desde pequeñas, las siamesas bicefálicas aprendieron a coordinar sus movimientos para realizar actividades cotidianas. Cada una controla un brazo y una pierna, lo que les permitió desarrollar habilidades únicas:
Su caso demuestra que, con adaptación, las limitaciones físicas no definen el potencial humano.
Un aspecto clave de su historia es que, aunque comparten cuerpo, pagaron dos matrículas universitarias. Las instituciones las reconocieron como estudiantes independientes, pues cada una rendía exámenes por separado y tenía intereses académicos distintos:
Esta distinción reforzó su identidad individual. Sin embargo, al entrar al mundo laboral, la percepción cambió.
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Al ser contratadas en una escuela primaria, se les asignaron roles distintos:
Pese a realizar funciones diferentes, solo reciben un sueldo, como si fueran una sola persona. Esto plantea preguntas incómodas:
El caso de las Hensel expone vacíos en las políticas de inclusión:
Abby y Brittany Hensel han roto barreras, pero su historia revela que la inclusión real va más allá de permitir el acceso: debe garantizar igualdad de oportunidades y derechos. Si la sociedad las reconoce como dos personas capaces, ¿no merecen dos salarios justos?
Su caso no es solo médico o anecdótico; es un llamado a repensar la ética laboral en un mundo que dice promover la diversidad.
¿Crees que las siamesas bicefálicas deberían recibir remuneración individual? ¡Déjanos tu comentario y comparte este artículo para generar conciencia!
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