Ir de un oficio a una empresa puede ser la salvación para los momentos de incertidumbre económica.
Los trabajadores autónomos que desempeñan un oficio constituyen la base para la creación de micro y pequeñas empresas en nuestro país, las cuales son el principal sostén de la economía en México, por lo que se requiere impulsar su formalización.
Y es que, los resultados arrojados por la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) elaborada por el INEGI, señalan que la tasa de desocupación fue del 3.5%. El autoempleo, o trabajo autónomo, representa una de las alternativas que tienen las personas de comenzar a generar ingresos sin tener que esperar a ser contratados por una empresa. Bajo este esquema de trabajo, el desempeño de un oficio es una de las formas más tradicionales de comenzar a trabajar.
Existe un prejuicio hacia los oficios como una opción de trabajo precario, una actividad pasajera que se realiza mientras se encuentra otro empleo, o un trabajo que se realiza solo cuando ya no existen otras opciones. Sin embargo, muchos de los trabajadores autónomos que desempeñan un oficio se transforman con el tiempo en micro y pequeñas empresas, las cuales conforman uno de los pilares más importantes de la economía en nuestro país.
En México, la forma tradicional de aprender un oficio es a través de la familia. La mayoría de los trabajadores que se encuentran en esta modalidad de empleo han aprendido su oficio de sus padres, o algún otro familiar cercano que conoce el tema. Al crecer el negocio, se necesitan integrar más trabajadores y poco a poco se constituye una pequeña empresa familiar, con la posibilidad de seguir desarrollándose.
Cifras del INEGI señalan que más del 98% de las empresas en el país corresponden a MiPymes, y generan hasta 7 de cada 10 empleos en el país. Eduardo L’Hotellier, presidente global de GetNinjas, señala que además este esquema de trabajo es una opción laboral muy rentable si se capitaliza de forma correcta.
“En Europa y Estados Unidos la figura del contratista especializado en un oficio específico es común, y se trata de negocios que dan para vivir bien a sus dueños e incluso formar negocios que pueden heredar a sus hijos. En América Latina estos casos también existen, aunque todavía no de manera tan frecuente, y la forma en que comienzan suele ser la misma: una sola persona que se dedica a ofrecer sus servicios de forma independiente”, explica.
Para dominar un trabajo, se deben aprender las bases y continuar esta formación con el paso del tiempo. Las opciones para aprender un trabajo por cuenta propia son vastas, e incluyen desde libros y manuales especializados, hasta canales y tutoriales en YouTube, como Capacítate para el empleo, que enseñan cómo realizar reparaciones simples de carpintería y plomería, por ejemplo. Tampoco está de más acercarse a un maestro que pueda transmitirte sus secretos, o inscribirte a un curso, ya sea presencial o en línea, donde comiences a conocer el trabajo.
Con las bases de tu trabajo aprendidas, comienza a poner en práctica tus conocimientos en pequeñas tareas, como colocar puertas o cambiar lámparas en casa. Además de servir para practicar, te ayuda a cuidar tu reputación desde el inicio, y no salir a ofrecer trabajos que no has probado. Siempre es mejor probar y experimentar con trabajos sencillos antes que comprometerte en proyectos que no puedas manejar por tu cuenta.
Cuando ya cuentes con experiencia y seguridad sobre tu trabajo, lo siguiente es buscar proyectos que puedas atender de forma inmediata y que te permitan generar tus primeras ganancias. Al trabajar de forma autónoma, comienza primero con cosas sencillas, que puedas ofrecer a tu círculo cercano de amigos y vecinos. En este proceso es buena idea seguir probando nuevos proyectos, para los que puedes colaborar con otros trabajadores, expertos en otras áreas, que te ayuden a ampliar tus conocimientos.
Ya que hayas obtenido tus primeros clientes y comiences a trabajar de forma regular, debes invertir en tu negocio. Las herramientas y materiales que utilices van a gastarse en algún momento, así que destina una parte de los ingresos a renovar las herramientas y equipo necesarios para el trabajo. Busca productos de calidad, pues aunque en un primer momento puedan parecer caros, con el tiempo harán valer la inversión ya que su vida útil es mucho más larga y te facilitarán más el trabajo.
Al contar con mayor experiencia, mejor equipo y recomendaciones, es hora de comenzar la expansión del negocio y llegar a más personas. Si ya eres un experto en tu oficio, puedes comenzar a ofrecer servicios más especializados y variados, para lo cual existen plataformas especializadas en donde los clientes buscan a expertos como tú. Hacer trabajos más profesionales y complejos se traduce en mejores ganancias, así que tampoco está de más seguir con tu aprendizaje para aprender más sobre el oficio.
Cabe señalar que este proceso toma tiempo, por lo que se necesita de paciencia y constancia para poder ver grandes resultados en cuanto a ingresos y número de clientes. También hay que recordar que el desempeño de cualquier oficio, además de necesitar de estos pasos, tendrá mucho peso en la calidad del trabajo realizado, por lo que está en cada persona imprimir su sello personal para ofrecer un servicio de calidad.
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